Leyendas 3

La luna (Mito Ona)

Las variadas fases de la luna, llamada kre, representaban para los Onas creencias arraigadas desde antaño. Sostenían que los seres ocultos, enemigos de los hombres, chupaban su sangre y los mataban; mediante estas vidas usurpadas generaban el crecimiento gradual del astro...



Ante la llegada del plenilunio se organizaban festejos alrededor de los grandes fogones, bailaban y gritaban durante toda la noche, alegres por haber salvado a sus hijos de la voracidad del astro.
Los eclipses lunares representaban su ira contra los hombres. Cada shamán (kon) había soñado que la luna entraría en tal estado, por lo que se reunieron con la gente de sus respectivos territorios, pintados de acuerdo a las características de la situación.
Lucían un adorno de plumas muy finas (poor) en su cabeza, su capa y una marca roja en cada mejilla. El kon observaba al astro largo tiempo, entonando cánticos monótonos y bajos. Así alcanzaba un estado de transición a través del que representaba su visita a la luna. Este era el objeto de la ceremonia: si era aceptado viviría largo tiempo, pero si era rechazado, el kon presentía que desaparecería enseguida porque la luna había poseído el cuerpo y lo había colmado en su lado oscuro.

El águila (leyenda de los Comechingones)

Cuenta la historia que cuando se instalaron los españoles en América y la sangre aborígen comenzó a correr por los valles y tiño de rojo los ríos y arroyos que serpenteaban entre las tierras, los Comechingones recordaron la leyenda del águila que había escuchado de sus abuelos. Y la volvieron a contar porque era casi su única esperanza; algún elegido vendría por el ave a traer la paz, para, por fin, lograr la hermandad entre los pueblos.
Se dice que existió una chica de nombre "Arabela" que poseía cualidades extraordinarias y que, convertida en mujer, las desarrollo en defensa de su tribu. con su sabiduría y fina percepción guío las batallas, y logró , de esa manera, que resistieran más allá de la posibilidad humana. Y, si bien. "la historia la escriben los que ganan", nadie podrá negar la valentía con la que lucharon los Comechingones, cuyo grito de guerra resultó conocido y temido por los adversarios.
Arabela, la enviada, murió luchando por su pueblo, pero su alma se encuentra protegida por el vuelo triunfal del águila libre. Por eso, desde entonces, este pájaro representa no sólo la libertad sino también el deseo divino de hermandad entre los hombres; anhelo que vivirá hasta que todos entiendan que es el único camino hacia la felicidad.